domingo, 5 de febrero de 2012

La mujer satanas.

Al menos hay mujeres que tienen la suerte de no encarnar esa imagen de la mujer perfecta. Sin embargo, y para mi desgracia, la tuya y la de cualquier hombre que pueda llegarse a quedar atrapado en esas perfectas telarañas de buena cocina, un gran espíritu maternal y aros de todos los colores, hay mujeres que son perfectas.
No soy una mina resentida, solo sospecho. No puede ser que a los veinte años haya mujeres que ya sepan que quieren tener hijos, que cocinan divino, que van al gimnasio y que ya te las podes imaginar con su 4x4 y su golden retriever. Esas mujeres son satanas. Te lo digo así, no hay duda.
Ese tipo de mujer ( y todo basado en estudios de campo) son el tipo de mujer que no te dejan pasar una, no te admiten un error y siempre esperan algo a cambio. Jodidas. Esa sonrisa cual catie Fullop después de haber tomado un activia no viene gratis, no chiquito. Esa sonrisa viene con un contrato en el cual la letra chica es ilegible. Esa sonrisa maternal viene de la mano con una fuerte tendencia a acaparar todo, a controlarlo todo y hasta son capaces de convertir al hombre que tienen a su lado en un ser casi vegetal que asiente constantemente ante cualquier cosa que diga la mujer diablo.
Son muy tentadoras. Tienen todo lo que supuestamente debería tener la mujer con la que te deberías casar para conformar una familia feliz.
OK, si a los veinte años tu sueño es el casamiento y los hijos, está bien, casate con la mujer satanás y váyanse a una isla aparte a cultivar mujeres diablo del SXXI que vienen más completas que la nueva procesadora philips, pero más controladoras e inhumanas que aquel personaje que interpretó Meryl Streep en el Diablo Viste A La Moda, Miranda.

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