miércoles, 22 de febrero de 2012

El camino para ser feliz... ¿es espiritual?

Una es consciente que desde pequeña ha recibido educación, valore y sensibilidad, entre otras cosas. Una sabe lo importante que son aquellos gestos que manifiestan amor, una sabe lo importante que es estar rodeado de buenas personas y una sabe que los bienes materiales son cosas intercambiadas a través de dinero que tienen una vida útil y que no son determinantes ni en el día a día ni en lo más profundo de una... Pero qué feliz sería yo si pudiese comprarme esos zapatitos negros con la tirita blanca, qué mujer completa, independiente, moderna, audaz me sentiría si tuviese esos zapatitos en mis manos (mejor sería en mis pies)
Es muy fácil armar un discurso en el que las cuestiones espirituales predominen despojándonos de aquellos bienes materiales, pero en la práctica y viviendo en este mundo, en este ambiente que nos moldea, nos interpela constantemente, qué difícil es negar que la felicidad la podemos llegar a encontrar en ese par de zapatos de los cuales somos conscientes que no son determinantes para nada pero de los cuales nuestra sed por ellos es insaciable.
Realmente me sorprendo a mi misma con esta necesidad casi biológica, con esta abstinencia incontrolable de algo que tengo por montón pero que de lo cual el mercado me ofrece una variedad que a decir verdad es bella para mis ojos y que me gusta (o eso es lo que creo) y que los quiero. Todo esto me ocurre a pesar de ser consciente de todo lo otro; del amor al prójimo, del amor de por sí, de las buenas personas, de la sensibilidad, de la conección y hasta se podría decir que del alma.
¿Esta mal querer esos zapatos que no son esenciales pero que al menos contenta me van a poner?

No hay comentarios:

Publicar un comentario