domingo, 5 de agosto de 2012

Qué hermoso que sos.

Me di cuenta que siempre parto de generalizaciones, de hechos modelos, y de estereotripos. Tal vez para desarmarlos, desarticularlos, destrozarlos y poder llegar a hechos más puntuales, individuales, especiales, más allá de lo ordinario.
Los hombres y las mujeres, y sus formas y sus diferencias. Sus diferencias acentuadas en las normalidades, en las costumbres, en la historia.
La mujer como objeto sexual es mucho más común que el hombre. Me han llegado a decir que es porque efectivamente el cuerpo de la mujer es más lindo, por sus curvas, por aquellas partes delicadas tales como las manos largas, las piernas (piernitas) los labios carnozos y aquellas preferencias que cada uno tendrá. Pero la mujer ha cumplido ese rol desde siempre, hoy ya es una costumbre, es parte del machismo por decirlo de alguna forma, pero no por estas normas implicitas podemos dejar de ver lo hermosos que son los hombres. No me parece mal que las mujeres sean admiradas por su belleza, sean simbolo de deseo, en la vida hay mucho deseo y muchas imagenes, me parece mal que los hombres no sean admirados por eso mismo también.
Las curvas no tienen una relación directa con la belleza. Las líneas rectas y formas rectangulares también tienen su atractivo, uno más relacionado con la seguridad, con la firmeza. 
Personalmente y dejando de lado cualquier tipo de ficción, me gusta mucho como queda estéticamente las clavículas en ellos.
Por otro lado, la barba, esa protección, esa desprolijidad que es imposible de ver en una mujer, denota aquella virilidad por la cual un hombre es hermoso. 
El cuerpo masculino es lindo también, a las mujeres nos gusta y lo deseamos. También los miramos por la calle y pensamos en ustedes.
Los hombres son lindos, hermosos, deseados y me atrevo a decir que muchas los han visto, también, como objetos sexuales.

2 comentarios:

  1. Buen enfoque... Nunca lo había pensado así, me gusta leer la otra mirada.

    ResponderEliminar