jueves, 3 de mayo de 2012

El amor duele (a uno mismo también)

Hay distintas interpretaciones de lo que significa cuidarse. Dependiendo de dónde seas oriundo, de qué tipo de familia provengas, de qué tipo de costumbres tengas, etc. Pero si tenemos en cuenta lo que supuestamente es cuidarse para una mujer hoy en día, en esta sociedad pos-moderna, occidental, latinoamericana, cosmopolita; la mujer debe luchar por sus derechos, combatir el machismo, trabajar y pedir igualdad, pedirle amor a su pareja pero también la mujer debe depilarse. Y no me vengan con que no es necesario o que eso depende de la libertad individual porque quiero ver la reacción de aquellos que me refutan cuando en el bondi vean aquel recoveco por debajo del brazo de la mujer repleto de...pelos. 
Está bien, la verdad es que muchas de nosotras estamos lo suficiente socializadas como para desear depilarnos, porque claro, es parte de ese cuidado implícito que debemos tenernos. Cuidarse es quererse, no? Salvo excepciones que mejor no cruzarse. Depilarse es quererse? Aunque sea un mandato social, por una cuestión de razonamiento lógico frente a las anteriores premisas, sí.
 Siguiendo esta línea de pensamiento, el ponerse cremas, el comprarse ropa, el cortarse el pelo, el comprarse un perfume, etc. también es quererse. Parecería que intentar sentirse bella (siguiendo las reglas de lo que hoy en día en mi contexto significa belleza) es quererse. Es que ponerse cremas, perfumarse, comprar ropa son lindas sensaciones.
 Pero, ¿POR QUÉ DENTRO DE ESTE GRUPO DE ACTIVIDADES FUE INCLUIDA LA DEPILACIÓN? Estar depilada me encanta. Pero no hay que olvidar el momento previo a la depilación, o sea el momento en el que no estas nada depilada y que te tenes que ver así para que de algún modo valga la pena esa plata invertida en el salón de belleza. Tampoco hay que hacer caso omiso a la vergüenza que una pasa en la depiladora: estar tirada, generalmente en paños menores y que otra señora te pase cera con una espátula como si fueras un lechón siendo marinado. Tampoco hay que olvidar la perdida completa de dignidad prestándote a escuchar una gran cantidad de frases: "A ver corazón, abrime las piernitaas" "Mmm, me parece que alguien se estuvo pasando la gillete" "Profundo, no? Me parece que necesitas profundo vos" "A ver, date vuelta y ponete en cuatro..." Y por favor, cómo vamos a olvidar el dolor. En realidad,las dos etapas de dolor: la primera, aquella en la que sentimos la alta temperatura de la cera y la segunda y más dolorosa, ese tirón que no es el de un solo pelo, ni de dos, es el de todos esos pelos que nos queremos quitar. Por lo tanto, el dolor es directamente proporcional a la cantidad.

 ¿Y por qué decidimos sufrir esto? Porque seguimos pensando que está bueno ser bella, porque está bueno cuidar nuestra femineidad, porque nos queremos cuidar, porque supuestamente nos queremos y el amor duele.

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